A veces, al mirar el diseño de un REV, nos perdemos parte de la lógica o explicaciones más profundas que nos permitirían entender cuál es el plan, si necesitáramos más detalles o contexto. Con esta página explicamos algunas de esas premisas para que todo sea aun mas claro
Dónde se cuentan los relatos: La casa del bardo
La casa del bardo es una representación física del mundo en el que llevan existiendo los personajes desde que su autor les concibió por primera vez.
No tiene una conexión obvia a un lugar en el mundo «real», como un portal visible, así que se puede entender que es un plano de existencia alternativo, en el que no se aplican todas las normas del mundo real.
La naturaleza exacta de este espacio, o por qué sólo están presentes los personajes es un hecho que está interorizado como correcto, salvo que se indique lo contrario.
El palacio en el que transcurre el REV se convierte en la casa del bardo, y en éste has estado viviendo e interpretando a tus personajes desde… siempre, nadie ha dejado de ser su Papel ya que a Shakespeare siempre lo han leído desde que escribió y
publicó sus obras, aunque vuestras personalidades pueden ser diferentes del Papel que llevas interpretando desde… siempre.
Por conceptual que sea, algunos recordáis el sentimiento del Autor moldeándoos, una mano a veces benévola y otra malvada (Lo más probable es que Caliban no tenga un buen recuerdo de su concepción), pero eso pasó hace mucho, y a todos los efectos tu Autor hace mucho que desapareció, ya que la obra no ha cambiado.
El tiempo en la casa del bardo
El paso del tiempo es bastante irrelevante, en particular para aquellos que vivan en La casa del bardo.
Lleváis actuando de vosotres mismes desde siempre pero, como podrás imaginar, el tiempo transcurre a voluntad de tus lectores; por lo tanto pueden leerte muy rápido o muy lento, pero el tiempo es muy distinto al del mundo «real».
Es importante porque también clarifica el sentimiento de que «están a punto de leerte» que tienes durante el REV.
¿Por qué puede ocurrir este REV?
Dado lo descrito en los párrafos anteriores, se podría considerar imposible que ocurra cualquier tipo de interacción sin guión entre los personajes de la misma obra, o de obras distintas.
Sin embargo, por alguna razón inefable, la gente ha dejado de leer a Shakespeare.
Por primera vez desde siempre, los personajes de las obras se han liberado de su texto y pueden convertirse en Thespians, en lugar de estar atrapados en su Papel, permitiendo que puedan salir a la luz sus ideas, antes silenciadas, sus profundas y verdaderas emociones, antes atadas bajo el texto que les amordazaba.
Thespians y Papeles
A todos los efectos, tu «ficha de personaje» incluye una personalidad fuera de la obra, que es el Thespian y la personalidad definida dentro de la obra como se escribió, el Papel (o Rol). Sin embargo, no hay dualidad o múltiple personalidad, es una única entidad mental que sabe cómo actua su personaje dentro de la obra, sin embargo, como ya se ha indicado, a tu Thespian puede no gustarle otro Thespian, pero en las lecturas tendrás que mostrar tu amor o plasmar tu odio (si quisieras) durante una lectura.
Sobre los Thespian y sus personalidades
Para entender la posible falta de paralelismo entre un personaje tal como se percibe en la obra (Papel) y fuera de ella (Thespian), tenemos que entender: ¿Cómo se conciben los personajes? En El cuento del bardo, el autor considera la existencia de los personajes y comienza a pensar en ellos, les da una personalidad que puede modificarse a través de la escritura de la obra, a través de diferentes borradores previos a la primera publicación del libro. Estos cambios de personalidad dejan una huella distintiva que comienza a divergir entre las personalidades de un personaje en la obra y fuera de ella.
Además, hay otros elementos que afectan al actor, por ejemplo, cuando se lee, los personajes representan sus papeles en la mente del lector, por lo tanto, se crea una conexión entre el Thespian, la escena y el lector. Esto sucede de manera subconsciente y es completamente irrelevante para la conexión lector casual – personaje. Sin embargo, si un lector lee una y otra vez un personaje o una obra en particular, la conexión se vuelve intensa, ya que el lector también comienza a redibujar la personalidad del personaje.
Al ser leídos universalmente, los personajes de Shakespeare tienden a ser promediados con la obra prevista por el autor, ya que todas las desviaciones causadas por las imaginaciones de los lectores pueden en realidad “cancelar” entre sí, por lo que si un lector imagina que algún personaje será retratado tímidamente y otro lector retrata el mismo personaje como audaz, la influencia de ambos lectores se cancelan entre sí, dejando intacto el rasgo original.
Sin embargo, ser leído varias veces (cientos) con una imagen mental o interpretación específica puede resultar en que la personalidad del actor se desvíe de la personalidad en la obra con el rasgo que se ha imaginado antes y, además, sus lecturas en el futuro representarían este cambio. Esto también puede considerarse como la forma en que la sociedad reinterpreta las obras y los personajes a medida que la cultura de la sociedad evoluciona y cambia.
Por lo tanto, como se describió anteriormente, la personalidad de su personaje podría no alinearse con lo que la obra dice sobre su personalidad, por lo tanto, Hamlet puede ser un personaje despreocupado que tiene que desempeñar su papel como el Príncipe de Dinamarca mohíno y sufrido.